En la última década, hemos sido testigos de una marcada aceleración en la demanda de fuentes energéticas sustentables, cuyo impulso esencial deriva de una creciente aprehensión frente al cambio climático, así como de la imperativa necesidad de atenuar las emisiones de gases de efecto invernadero. Este contexto ha encauzado nuestra atención hacia la promisoria arena de las energías renovables, una esfera energética que, si bien sumamente prometedora, no está exenta de desafíos inherentes a su intermitencia y su entrelazamiento con variables climáticas y ciclos diurnos.
En este panorama de transformación energética, emerge un punto crucial: las tecnologías de almacenamiento energético, esenciales para trascender los obstáculos que restringen el flujo continuo de energía proveniente de fuentes renovables, y para redibujar el paisaje de la industria energética contemporánea.
Las tecnologías de almacenamiento energético representan sistemas ingeniosamente diseñados para capturar y retener la energía generada por fuentes renovables, tales como la solar y la eólica. A través de estos sistemas, se materializa la posibilidad de inyectar energía en las redes eléctricas cuando las fuentes renovables no están operativas o no logran satisfacer la demanda vigente.
La batería como protagonista preeminente entre las tecnologías de almacenamiento. Poseedora de la capacidad de acumular magnitudes sustanciales de energía, las baterías pueden, en momentos de pico demanda o cuando las fuentes renovables se encuentran en estado latente, liberar de manera estratégica la energía almacenada. Además de esta función, las baterías contribuyen a la preservación de la estabilidad de la red eléctrica, una tarea de trascendental relevancia en localidades fuertemente condicionadas por fuentes renovables.
Almacenamiento térmico, la retención de energía hidráulica y la acumulación de energía cinética. Estos avances, apropiados especialmente en entornos donde la presencia de energía renovable es prolija, otorgan la capacidad crucial de preservar esta energía para su ulterior empleo.
El almacenamiento térmico, por un lado, opera con la conversión de energía en calor. Materiales como sales fundidas actúan como depósitos de energía térmica, gestando reservorios que son liberados estratégicamente. Paralelamente, el almacenamiento de energía hidráulica emplea el agua como agente custodio de energía, albergando en presas y embalses para, en momentos precisos, liberarla y dar paso a la generación eléctrica mediante turbinas hidráulicas. Por último, el almacenamiento de energía cinética se basa en el principio de preservar la energía en forma de movimiento, empleando sistemas de volantes de inercia que, operando a elevadas revoluciones, liberan energía conforme a la necesidad.
El ineludible protagonismo de estas tecnologías radica en su capacidad de modelar el horizonte energético frente al alza exponencial de la demanda por fuentes renovables. En un entorno donde las energías limpias son cada vez más accesibles y eficientes, surge la necesidad de sortear las fluctuaciones inherentes a su producción. El almacenamiento de excedentes y su posterior despliegue en momentos óptimos emerge como el recurso catalizador que reduce la dependencia en fuentes fósiles y acelera nuestra transición hacia un futuro más armónico con el medio ambiente.
Más allá de su indiscutible contribución al almacenamiento de energía proveniente de fuentes renovables, estas tecnologías intrínsecamente sustentables también se erigen como agentes transformadores en el ámbito de la eficiencia energética de edificios y empresas. A través de la manipulación estratégica de baterías y otros sistemas almacenadores, es factible acumular energía en momentos de menor demanda y liberarla cuando esta se acrecienta, reduciendo así los costes energéticos y aliviando la carga sobre las redes.
Por todo lo mencionado anteriormente en IDES Energy apostamos por el almacenamiento de energía a través de la implementación de baterías en nuestras instalaciones de paneles solares en Las Palmas, con el objetivo de mantener esa energía para usarla en cualquier momento que la necesites.